El pulsómetro

Uno de los avances tecnológicos para el entrenamiento más útiles de los últimos 20 años Delante de las zapatillas y la ropa técnica, este aparatito compuesto de un monitor y una banda pectoral es la revolución tecnológica del deporte más notable que hay.
Saber usarlo y sacarle provecho es lo más cerca que se pueda estar de tener un entrenador personal sin que este nos acompañe, hasta cierto punto, claro. Y esto es porque esta fantástica maquinita de muñeca junto con su banda nos dice, basándose en unas sencillas reglas fisiológicas, en que nivel de entrenamiento estamos y cual es nuestra forma física.
Comenzaré aplicando una tabla basada en las pulsaciones máximas por minuto que se tienen según la edad con la conocida regla más o menos acertada de restar a 220 los años que se tienen para obtener así las pulsaciones máximas.



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Aunque estos resultados varían en individuos entrenados, a partir de aquí necesitamos averiguar el 60 %, el 70 %, el 80% y el 90% para tener los 4 ritmos de entrenamiento principales de entrenamiento. Para una persona de 25 años sería:
- Ritmo I o de calentamiento y recuperación: al 60%, 117 ppm
- Ritmo II o de entrenamiento aeróbico: al 70%, 136 ppm
- Ritmo III para hacer cambios de ritmo: al 80%, 156 ppm
- Ritmo IV o de entrenamiento anaeróbico: al 90%, 175 ppm.
Con una diferencia de 5 ppm por encima o por debajo.

















Según la edad y la forma física estas pulsaciones por minuto varían, además la recuperación entre repeticiones y cambios de ritmo deben ser supervisadas por alguien con conocimientos muy concretos de fisiología deportiva, el entrenador, que se sirve de estos datos y la variación que tenga cada persona para orientar el entrenamiento por lo que siempre es necesaria su supervisión.

Comentarios

  1. Gracias por la tabla, debería venir en algunos modelos pero no es así.

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